martes, 29 de septiembre de 2015

Cusco, sol y sombra

Cusco, sol y sombra

      Qué decir de Cusco que no se haya dicho, qué foto colgar que no se haya colgado. Esto es lo primero que me vino a la mente para escribir esta entrada. Y enseguida me vino que lo que nosotros vivimos allí fue nuestra propia y única experiencia, por lo que vivimos, por cómo lo vivimos desde nosotros, con lo que éramos en ese momento, ese momento irrepetible y único también.

      Al llegar al Cusco nos pusimos en contacto con Carmela (la mujer que conocimos en Abancay). Nos acogió encantada en su casa; cabe decir que con quien más feliz estaba era con Lila. Pasamos unos días recorriendo la ciudad del Cusco. Nada que ver el centro de esta ciudad con el resto de los pueblos que conocimos en Perú. Nada que ver. El mercado de San Pedro es parecido al de otras ciudades del país pero solo en este las señoras y señores que atienden al público llevan una especie de “uniforme” obligatorio, será por el turismo? Para el turista todo tiene que estar impecable. Me hace pensar en las ocasiones en que el Papa o una autoridad del país que sea llega a una ciudad o pueblo; se limpia todo, se pintan las fachadas, incluso a veces se barren a los sintecho. Esto pasa en Cusco. No se permite la venta ambulante, aunque existe, a diferencia de la mayoria de ciudades del Perú, donde es muy característico. Ir por la calle y ver que venden cualquier cosa es algo que recuerdo con mucho cariño de este país. Pero esto en Cusco no esta permitido,la cual cosa no quiere decir que no pase, como he dicho antes, puede más la identidad que la prohibición. En el centro de Cusco hay un montón de negocios de comidas, ¿comidas peruanas? No hombre, no! Pizza, pasta y confiterias con croissants y café expreso. En fin, un centro turístico completo. Con todo esto quiero mostrar mi desagrado con este tipo de explotación turística de un lugar, quitándole su esencia para favorecer la entrada del capital. Por otro lado también me gustaría decir que el centro de la ciudad no es el infierno, tampoco es para tanto! El casco antiguo es precioso, la plaza imponente, hermosa, las callecitas que se adentran en la parte más bohemia son preciosas, de piedra, con estrechas aceras. Las vistas de la ciudad desde los diferentes miradores, espectaculares. Además sólo hay que andar diez minutos para salir de este parte turística y encontrar algún menú por 4 soles.


Mercado San Pedro

Mercado San Pedro

Mercado San Pedro

Rico menú










      La visita a MachuPicchu comenzó a las 3 de la madrugada. Cogimos un bus desde Cusco hasta Ollantaytambo, de ahí un taxi (que compartimos con dos chicos cusqueños que también iban a caminar por las vías) hasta el quilómetro 82 de las vías del tren, donde empieza una caminata de 30 quilómetros hasta Aguas Calientes, a los pies del cerro que da nombre a la ciudad inca. Antes de seguir quiero explicar un poco esto que acabo de decir. Teníamos varias opciones para llegar hasta Aguas Calientes. La más popular y cara es ir hasta Ollantaytambo y desde allí subir al tren (cuesta unos 100 dólares) que va directo hasta Aguas Calientes. Hay otra vía un poco más económica que consiste en coger otro bus desde Ollantaytambo hasta Santa ,,,,, ,de ahí ya te llevan hasta hidroeléctrica y hay una hora de caminata por las vías del tren hasta Aguas Calientes (nosotros hicimos este recorrido a la inversa, para volver al Cusco). Supongo que habrá mil maneras de llegar, yo aquí explico las que contemplamos en ese momento. Y por último está la opción elegida que ya expliqué antes.

      Empezamos a caminar a las 6 a.m. con los dos cusqueños, pero al rato Lila se despertó y fuimos a su ritmo, así que los perdimos de vista, ellos querían llegar sobre las 12 del mediodía, subir hasta la ciudad de MachuPicchu, bajar y volver a Cusco en el mismo día. Para nosotros el objetivo era llegar a Aguas Calientes ese día y quedarnos a dormir allí. Llegamos a las 16h. después de un camino con lluvia y un ritmo muy tranquilo, parando a comer, jugando con Lila, haciendo fotos que después perdimos (por tanto no puedo subir ninguna). En Aguas Calientes cualquier cosa vale el doble que en el resto del país. Valía la pena llevar la tienda de campaña, el camping es la forma más barata de pasar la noche en el pueblo, a no ser que acampes en cualquier lado, cada uno se las busca como prefiere. Nosotros no llevamos la tienda por no llevar peso en la caminata, así que fuimos a un hospedaje, ras!! Al día siguiente subimos andando desde Aguas Calientes hasta la ciudad de MachuPicchu; una subida con lluvia, duró algo más de una hora. Al principio casi desistimos, nos cruzamos con unos chicos que volvían bajando las escaleras y nos dijeron que estaba peligroso el camino. Aún así decidimos probar suerte y ver por nosotros mismos el peligro. Seguimos subiendo y amainó un poco la lluvia, así que el camino no lo encontramos peligroso y seguimos subiendo hasta la entrada a la ciudad.

      La entrada fue un poco estresante. Llegamos justo para ir corriendo al WaynaPicchu y un chico nos guió hasta la entrada atravesando fugazmente la ciudad del MachuPicchu. El WaynaPicchu es otro cerro que está un poco más arriba que el MachuPicchu, donde se ve la ciudad desde arriba, por lo que cuentan, una panorámica espectacular. Y sí, digo “por lo que cuentan” porque no pudimos subir, empezamos la peligrosa subida lloviendo, con la mochila y con Lila cargada a la espalda. No veíamos más allá de diez metros por la niebla y la gente que bajaba decepcionada nos decía que no se veía nada desde arriba y que la subida era dura, así que decidimos volver y disfrutar tranquilamente de la ciudad de MachuPicchu. Pasamos el día medio lluvioso y nublado. Al principio estábamos bastante tristes por no haber subido al WaynaPicchu, pero poco a poco conseguimos disfrutar de la ciudad, se respira magia en el ambiente, el lugar es muy especial, rodeado de frondosos cerros altos de un verde muy particular, con grandes paredes verticales, a veces da un poco de vértigo asomarte por algunos lados a mirar el paisaje! Y poder observar de cerca las construcciones es increible. Cómo ensamblaban las enormes piedras, cómo lo harían?! Parece imposible pero está allí, para verlo. Tallaban ciudades en el pico de un cerro! Sin traer materiales de ningún lado, sólo con las piedras que sacaban del mismo lugar, que grandes!

      Estuvimos hasta el cierre de puertas, casi salimos después que los guardas. Regresábamos bajando las escaleras trotando, Lila se reía a carcajadas, hasta la mitad porque un autobús nos paró y nos medio obligó a subir, eso sí, gratis por orden de la señora que cobra el tiquet. Y es que antes de bajar a pie habíamos intentado regatearle el precio sin conseguirlo. Ella al vernos con un bebé insistió bastante que agarráramos el bus, pero no quisimos pagar tal abuso. Cuando llegamos a Aguas Calientes, una catalana nos explicó detalladamente como el bus se paraba en cada curva esperándonos. Qué fuerte!!!

      Con ganas de volver en otra ocasión nos despedimos del valle sagrado y volvimos al Cusco, desde donde, al día siguiente, arrancamos dirección al lago más alto del mundo!!










lunes, 14 de septiembre de 2015

Ayacucho - Cusco

    
Modo recopilatorio "on".

     Hola, que tal? Voy a contar un poquito de lo que nos sucedió hace ya bastantes meses en Perú.

     Recuerdo dos días de subida después de Ayacucho hasta el alto cerca de Ocros. Allí, a 4100 m.s.n.m., acampamos al lado de la ruta, detrás de unas rocas. Esa noche, hacia las 3 de la madrugada escuchamos disparos y yo le decía a Xaro: "serán furtivos, cazadores" y pensamos si salíamos, si no, al final decidimos quedarnos quietitos en la tienda y esperar. Se oyeron gritos, más disparos, y después todo se calmó. Al levantarnos por la mañana vimos un coche de policía a unos 50 metros de donde estábamos y pensamos: "será un control". Pero al rato pasó un camionero y paró a nuestro lado. Nos dijo que el día anterior nos hizo señas para que no acampáramos allí porque es un punto donde se producen muchos atracos y más en sábado noche. Y justo aquella noche habían atracado un bus al ladito nuestro... ahí nos entró el miedo! suerte que no vieron la tienda! suerte que nos cobijamos detrás de las rocas! Y así con ese "canguelo" seguimos el camino.

     Llegamos hasta Chincheros en bici y los dos siguientes altos decidimos pasarlos en bus, así que uno hasta Andahuaylas y otro hasta Abancay. Allí descansamos unos días, paseamos por su inmenso mercado “Las Américas” en las calles, nos perdimos entre verduras, cereales, carnes, jugos; comimos anticuchos, picarones, mazamorra, cremolada, todo lo venden en la calle. En una plaza conocimos a Carmela, una señora muy simpática que nos invitó a su casa en Cusco. Y aquí me gustaría agradecer y recordar a toda la gente que nos ayuda en el camino, nos acogen en sus casas, nos preparan comidas, nos regalan una sonrisa, juegan con nosotros. A todos/as ellos/as gracias de corazón.



     Desde Abancay arrancamos de nuevo, coincidimos con una pareja con alforjas, Martina y Lucas, se sorprenden al vernos tan cargados, al cabo de 15 minutos ya no los vemos más, suben más deprisa que nosotros. Después de día y medio de subida, tuvimos una larga bajada hasta Curahuasi. Desde Curahuasi hasta Limatambo es un infiernillo, nos habían dicho que era llano pero no, tenemos subida, suave pero muy incómoda. Suerte que en Limatambo nos encontramos con una de esas personas amables que nos ofreció un plato de comida y un cuarto para dormir, gracias Milagros!! Otra día de subida más y por fin la bajada hasta Ancahuasi y ya más llanito hasta Cusco, donde nos recibió una granizada justo en el alto de una pequeña subida que da paso a la bajada hasta la ciudad. Justo en el alto empezaron a caer gotones y rápidamente granizo. La tormenta duró cinco minutos, así que cuando quisimos acabar de ponernos la ropa de lluvia ya había parado de llover, bienvenidos al Cusco!!

jueves, 1 de enero de 2015

Caracoleando por...